¡Shabbat Shalom! ¡Parashá Yitro!

¡Enero en Israel! ¡Cuánto lo Disfruto!

¡Es agradable volver a casa a un clima cálido! Mañana por la tarde tenemos nuestro estudio y Transmisión en Vivo (Livestream). El domingo nos dirigimos a Helsinki y Rumania.

La porción de la Torá de esta semana es Parashá Yitro. El texto es Éxodo 18:1-20: 23. Aquí hay un breve comentario de parte de Baruch:

En la porción de la Torá de esta semana, se leen los Diez Mandamientos. El primer mandamiento se introduce con las palabras,

“Yo Soy HaShem tu Di-s que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud”. Éxodo 20:2

De alguna manera, la declaración, “Yo soy HaShem tu Di-s” suena como una introducción, es decir, el Señ-r se está dando a conocer a Israel. ¿No sabían los hijos de Israel quién era HaShem antes del Monte Sinaí? Hay una diferencia significativa entre saber que el Di-s existe y el tipo de relación que Israel estaba siendo llamado a experimentar en el Sinaí. ¿Por qué el versículo dice: “Yo Soy HaShem tu Di-s”, en lugar de simplemente, “Yo Soy Di-s”? La respuesta es que el nombre sagrado de Di-s aparece en esta oración י-ה-ו-ה. Este nombre se relaciona con Di-s de una manera que trasciende la experiencia humana. El nombre se refiere a conocer el Señ-r de una manera que depende únicamente de la revelación divina. Es muy importante que se mencione el éxodo en la segunda mitad de este versículo. Como lo he dicho muchas veces anteriormente, existe una relación inherente entre HaShem sacando a los Hijos de Israel de Egipto y la Redención.

El punto aquí es que es solo a través de la experiencia de redención que un individuo puede conocer a Di-s de una manera personal. HaShem no había declarado antes, “Yo soy HaShem, tu Di-s” hasta que sacó a la Congregación de Israel de Egipto y al Monte Sinaí. HaShem había guiado a la gente al Monte Sinaí para que lo adoraran. La redención no es el propósito, sino un evento inicial que es fundamental para que se cumpla el objetivo principal que es la adoración. Israel no adoraba en Egipto, ya que aquellos en esclavitud no son libres para adorar. La adoración exige ciertas cosas para que sea una realidad para un individuo. La atadura al pecado hace que uno no pueda adorar, al igual que estar en un ambiente incorrecto. En resumen, debido a que Di-s quería que su pueblo lo adorara, se movió de una manera que provocó cambios en sus vidas para que estuvieran en el lugar correcto y en la condición correcta para adorarlo. 

¿Hay cambios que se deben hacer en tu vida para que realmente puedas adorar a Yeshua? Tu primera respuesta podría ser no; sin embargo, recuerda que los hebreos no le gritaron inmediatamente a HaShem que salieran de Egipto. Solo después de que empezaron a sufrir, le pidieron a HaShem que los liberara de su esclavitud. No esperes hasta que los problemas del pecado en tu vida comiencen a afligirte antes de examinar tu vida. 

Cada sinagoga en el mundo leerá los Diez Mandamientos este Shabbat por la mañana. Puedo sugerirte que también leas con especial atención los Diez Mandamientos y luego el Sermón del Monte de Yeshua (capítulos 5-7 de Mateo). Estoy seguro de que después de reflexionar en oración sobre estos dos pasajes, tú y yo encontraremos la necesidad de hacer más cambios en nuestras vidas de lo que inicialmente pensamos.

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