Estudio Bíblico, Apocalipsis No. 1

¡Qué privilegio tener tiempo para leer otro libro! Gracias por acompañarnos en nuestra exploración del Libro de Apocalipsis.

NOTA: Escrito en singular. Este libro trata sobre la revelación de Uno: Yeshúa HaMashiaj (Jesus el Cristo). NO es un libro de múltiples revelaciones. Todos los comentarios se basarán en la versión Reina-Valera 1960.

Por favor, te animamos a…:

1. No aceptes simplemente nuestra palabra, ni la de nadie, en lo que respecta a las Escrituras. Hechos 17:11. Es tu responsabilidad escudriñar las Escrituras para encontrar la verdad y descartar lo que no encuentres escrito en ellas.

2. Te animamos a leer el Apocalipsis lo más literalmente posible. La Biblia nos dice cuándo las cosas son simbólicas usando palabras como “una sombra de los bienes venideros” (Hebreos 10:1), “cosas que son simbólicas” (Gálatas 4:24). Además, la Biblia también interpreta el simbolismo, por ejemplo, en Apocalipsis 12:9. Cuando leemos sobre el dragón en Apocalipsis, sabemos que podemos sustituir “dragón” por “Satanás”. Estos son solo algunos ejemplos.

Ser obediente a la Palabra de Di-s es la clave para la bendición. El Apocalipsis nos enseña cómo ser vencedores obedientes, especialmente en el contexto de los últimos días. Si queremos estar listos para los últimos días, debemos empezar a prepararnos ahora.

Los libros de las Escrituras no vinieron con nombres. Se les dieron los nombres de las personas que los escribieron, o se les dieron nombres tradicionales. El libro de Apocalipsis fue conocido principalmente por dos nombres: “El Apocalipsis (visión) de Juan” y “La Revelación de Yeshúa”. Este segundo nombre (como se ve en Apocalipsis 1:1) es el mejor de los dos nombres. Nuestro enfoque en el Libro de Apocalipsis debe centrarse principalmente en “Quién” (Yeshúa), en lugar de “qué”, “dónde”, “cuándo”, etc. Si leemos esta profecía a través de la lente de “la revelación de Yeshúa” (especialmente la revelación de Él dentro de un contexto de los últimos días), entonces este no es un libro que debamos tener miedo de leer.

A lo largo de este libro, Juan se inspiró para escribir lo que vio. Di-s le reveló muchas de estas cosas a la luz de las verdades proféticas ya escritas (p. ej., Apocalipsis 1:7 y Zacarías 12:10, Apocalipsis 1:14 y Daniel 7:9, etc.). Veremos que Juan, inspirado por el Espíritu Santo, se basó en verdades proféticas ya establecidas (en el Antiguo Testamento), pero a menudo modificó alguna parte de ellas. Estos cambios no alteran la Palabra de Di-s (tal como está escrita en el Antiguo Testamento). Sin embargo, nos ayudan a comprender la revelación profética desde la perspectiva del Nuevo Testamento, es decir, a comprender la profecía del Antiguo Testamento a través del nacimiento, la vida, la muerte y la resurrección de Yeshúa.

Otra cosa que debemos tener en cuenta es que, especialmente en los últimos tiempos, muchas personas estarán confundidas en cuanto a quién es realmente Yeshúa. Mucha gente hoy ve a Yeshúa como “manso y apacible”. El libro de Apocalipsis lo revela como Él es y será: un Cordero, sí, ¡pero también el León de la tribu de Judá! En la primera venida de Yeshúa, Jesús, no vino a juzgar ni condenar al mundo; vino como el Cordero (Juan 3:17, Juan 12:47). Sin embargo, en su segunda venida, vendrá como un Juez justo: el León (Juan 5:22, Apocalipsis 19:11-16).

v1: Di-s le dio: Di-s el Padre le dio a Su Hijo revelación, para que pudiéramos entender la persona y la obra de Yeshúa.

  • Sus siervos: Los creyentes; aquellos que están interesados en servir a Di-s.
  • Cosas que deben suceder pronto: Los profetas revelan que antes de que el Reino de Di-s se establezca en la tierra, habrá juicio. Di-s el Padre no solo dio la revelación de Jesús, sino que también le confirió todo juicio (Juan 5:22). Aunque, como creyentes, hemos sido justificados por la fe (como resultado de la gracia de Di-s), aún sufriremos el juicio de nuestras obras (Romanos 2:6; 1 Corintios 3:12-15; Apocalipsis 20:13). El libro de Apocalipsis nos instruye sobre cómo estar preparados para este juicio venidero.
  • En breve: También podría interpretarse como “rápidamente”. Esta es una palabra vinculada al tiempo de Di-s. Yeshúa le dijo al pueblo judío en Mateo 23:39 que no lo volverían a ver (es decir, que su Reino no se establecería en la tierra) hasta que estuvieran listos para decir: “Bendito el que viene en el nombre del Señ-r”. Di-s sabe el tiempo específico en que Yeshúa va a regresar. Sin embargo, no somos tanto nosotros los que esperamos que Di-s instruya a Su Hijo para que venga, sino que Di-s está esperando que el pueblo judío esté listo para decir estas palabras. Israel no llegará a este punto de expresión hasta que haya pasado por una gran persecución, un tiempo conocido como “la angustia de Jacob” – Jeremías 30:5-7. Este tiempo, cuando finalmente llegue, vendrá sobre los habitantes de la tierra de repente/rápidamente. Cuando este tiempo llegue de repente, el tiempo de preparación también habrá terminado (ver Mateo 25:1-13). Necesitamos prepararnos con antelación para que no nos falte nada. El Apocalipsis (la profecía, la revelación de la verdad) nos enseña cómo hacerlo.
  • Ángel: Literalmente: Mensajero.
  • Juan: Cada aspecto de las Escrituras nos brinda revelación —percepción y sabiduría—, ayudándonos a comprender la verdad de Di-s. No es casualidad que este libro fuera escrito por un hombre llamado «Juan». Juan, en hebreo, significa «Di-s es misericordioso». También puede entenderse como el nombre de quien suplica o implora a Di-s por su gracia. La gracia tiene un doble propósito: nos conduce a la salvación, pero también, después de la salvación, nos enseña a rechazar la impiedad (las cosas de la carne) y a vivir en obediencia a Di-s (Tito 2:11-14).

v2: Dio testimonio: Juan vio (fue testigo ocular), y luego habló/testificó sobre ello.

  • La Palabra de Di-s… el testimonio de Yeshúa: Hay una conexión (una relación inherente) entre estas dos cosas. Yeshúa es llamado la “Palabra” (Juan 1:1-4, 14-15). Muchas veces, se nos dice que Yeshúa hizo algo (‘hacer’ implica un testimonio) para cumplir la Escritura: la Palabra de Di-s (Mateo 5:17, Mateo 21:4-5). Cuanto mejor entendamos la Palabra de Di-s, más entenderemos la persona y la obra de Yeshúa. El propósito principal del Libro de Apocalipsis es revelarnos a Yeshúa (Apocalipsis 1:1). Él no solo es el Hijo/Cordero de Di-s ‘que quita el pecado del mundo’ (Juan 1:29), sino que también es Aquel que traerá juicio sobre el mundo (Juan 5:22). El libro de Apocalipsis nos revela a ‘Yeshúa –Jesús, el Juez Justo’.

v3: Bienaventurados: Muchos creyentes equiparan la bendición con las cosas materiales [con la satisfacción de sus deseos (a menudo, carnales)]. Como creyentes, nuestro principal deseo no debe ser que se satisfagan nuestras propias necesidades. Nuestra prioridad debe ser buscar primero el Reino de Di-s y su justicia; los deseos de Di-s deben estar por encima de los nuestros (Mateo 6:33). Cuando ordenamos nuestras prioridades, «todas estas cosas (las necesidades de la vida) serán añadidas». Cuando tenemos la mente puesta en el Reino y recibimos todo lo que NECESITAMOS para la vida y la piedad (2 Pedro 1:3; Mateo 6:32), somos verdaderamente bienaventurados.

  • Lee y… escucha… y guarda: Leer el Apocalipsis nos asegura recibir una bendición adicional a la bendición más general mencionada en el punto anterior. Leer la profecía del Apocalipsis nos da una bendición extra, por así decirlo.
  • Guardar: En el lenguaje bíblico, esto es un llamado a la obediencia. La obediencia a la Palabra de Di-s es la base para recibir su bendición en nuestras vidas. La obediencia a la Palabra de Di-s nos posiciona en la voluntad de Di-s (primero su voluntad general, que luego nos llevará a encontrar su voluntad específica/personal para nuestras vidas).
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