
Parashá: Vayeshev (Y habitó)
Lectura de la Torá: Génesis 37:1-40:23
Lectura profética: Amós 2:6-3:8
Parashá Vayeshev
“El Mesías es el sacrificio por nuestro pecado”
Hay muchas pistas en la Biblia hebrea que apuntan inequívocamente a la obra del Mesías. En la parashá de esta semana, encontramos una pista sobre cómo se profetizó que el Rey Mesías sería nuestro sacrificio por el pecado. Si bien el Mesías provendrá de la tribu de Judá, es evidente que la vida de José personificó a Yeshúa de muchas maneras. No solo Yeshúa fue rechazado por su pueblo, como José fue rechazado por sus hermanos, sino que hay otra pista interesante sobre el Mesías en la parashá de esta semana.
Después de que sus hermanos arrojaron a José a un pozo y lo sacaron de él, lo cual simboliza la resurrección, se lee sobre algo interesante que hicieron con la túnica de José. Este pasaje bíblico hace hincapié en esta túnica. Literalmente se le llama túnica con rayas. Esta es la misma terminología que se encuentra en el libro de 2 Samuel con respecto a Tamar. Allí, esta prenda se llama túnica real. Por lo tanto, es muy significativo que Jacob le diera precisamente a José una túnica real. Recordemos que la palabra Mesías se relaciona con Rey. Se le dice además al lector que los hermanos hicieron algo con esta túnica real.
“Y tomaron la túnica de José, y degollaron un macho cabrío (como los que se usaban en la Pascua y en Yom Kippur, el Día de la Expiación), y mojaron la túnica en la sangre.” Génesis 37:31
Algunos eruditos interpretan este sacrificio como la ofrenda por el pecado de los hermanos contra José. Además, es necesario comprender que, en última instancia, los hermanos se estaban rebelando contra la voluntad de Di-s. Los sueños de José, que tanto enfurecieron a sus hermanos, en realidad les revelaban cómo Di-s iba a utilizarlo.
Es importante recordar dos cosas. Una es que las vestimentas en las Escrituras se relacionan con las obras de uno, y la segunda es que José personificó a Yeshúa. En otras palabras, este versículo informa al lector que el Rey Mesías sería el sacrificio que expiaría el pecado, como lo hizo el sacrificio de Yom Kipur, y que traería redención, como lo logró el sacrificio de la Pascua.
Mucha verdad en un pequeño versículo. Esto debería motivarnos a estudiar con oración cada versículo de las Escrituras.


