¡Shabbat Shalom! Parashá Bereshit

¿De verdad crees que Dios creó los cielos y la tierra en seis días? Yo, ciertamente, lo creo. De hecho, negar esto es atacar la omnipotencia de Dios. Una vez leí un libro cuyo autor es un creyente profesante (¿Por qué el Universo es como es?, de Hugh Ross). Tiene un doctorado en ciencias y es un hombre verdaderamente brillante. Sin embargo, cree que el universo tiene miles de millones de años. Su visión está respaldada por las ciencias, ya que para que la materia se desarrollara y los sistemas solares evolucionaran como la ciencia revela que lo hacen, cuando se observa el cosmos en su estado actual, habrían sido necesarios aproximadamente 13.730 miles de millones de años (esta cifra se encuentra en el libro de Ross, página 44).

Con respecto a la vida humana, afirma:

Por eso creo que es bueno revisar a fondo lo que escribe el mundo científico. Hagan sus cálculos: 9.200 miles de millones más 4.570 miles de millones equivalen a 13.770 miles de millones de años, pero el Dr. Ross reveló que la Tierra tiene “solo” 13.730 miles de millones de años. Por lo tanto, la vida humana debería surgir en unos 0.040 miles de millones de años más. Supongo que tú, yo y los otros 6.000 millones de habitantes de la Tierra nos adelantamos a nuestro tiempo.

Este es el verdadero problema que tengo con quienes quieren atacar la autoridad de las Escrituras. Supongamos que el Dr. Ross tiene razón sobre el tiempo necesario para crear un universo capaz de albergar vida. Este sería el caso si Dios hubiera comenzado desde el principio y hubiera permitido que todo se desarrollara de forma natural. Esto no es lo que revela la Biblia.

En Génesis capítulo uno y versículo uno se afirma que HaShem creó los cielos y la tierra, es decir, el cosmos, y que este se encontraba en un estado de caos (vacío y sin forma). Las cosas no evolucionaron de forma natural, sino que surgieron según los mandatos de Dios: HaShem habló. El ejemplo clásico que se suele ofrecer para ilustrar este punto es Adán. Cuando apareció en el Jardín del Edén, no era un embrión que crecía de forma natural, sino que, según todos los relatos, era un hombre adulto. Si alguien le hubiera tomado una foto, diría que Adán debió haber estado en el Jardín al menos 20 años para alcanzar la madurez que mostró.

La cuestión es que cuando Dios creó el mundo, colocó las cosas en un estado que podría haber tomado más de 13 mil millones de años, pero el Señor Viviente no está sujeto a las leyes de la naturaleza. Simplemente habló, y lo que a la “naturaleza” le habría llevado unos 13 mil millones de años, Dios lo hizo en seis días y seis noches. Por cierto, si Dios hubiera querido, podría haberlo hecho todo en un nanosegundo. Los seis días que tomó tienen implicaciones teológicas y no se basan en ninguna necesidad divina de Dios.

Tenga paciencia con la ciencia, eventualmente confirmará la revelación de las Escrituras.

Parashá de la semana

Esta semana Baruch no publicó un estudio del Parashá pero compartió el estudio que publicamos el 19 de septiembre sobre las Fiestas de Otoño.

Si no la han visto, lo pueden encontrar en este enlace: Apriete el título aquí abajo.

Fiestas de Otoño

¡Shabbat Shalom! Parashá Ha’Azinu

Al igual que la lectura de la Torá, la Haftará contiene un cántico. En este cántico, escrito por el rey David, se recuerda la fidelidad de HaShem para defender a Su pueblo. En esta sección, David alaba a HaShem no solo ante sus hermanos, sino también ante las naciones.

Por tanto, yo te alabaré entre las naciones, oh Jehová, y cantaré a tu nombre.”

2 Samuel 22:50

Es importante prestar mucha atención a la palabra que casi todas las traducciones traducen como “entre”. Esta palabra se podría traducir mejor como “con”. La palabra “entre” puede transmitir la idea de “antes” o “delante de”. El contexto del versículo se presta mejor a traducirlo con la palabra “con”, lo que significa que David no solo alaba a Di-s como testimonio a las naciones, sino que, en realidad, las guía en la adoración.

Algunos eruditos señalan que, según el contexto, los enemigos son las naciones sobre las que HaShem ha dado la victoria. Esto parece muy razonable; sin embargo, la frase que aparece en los versículos 45 y 46, que se refiere a los enemigos de David, es diferente de la que aparece en el versículo 50. La mayoría de los traductores (no la Reina-Valera, naciones en RV60 y gentes en RV09) traducen esta frase como «extranjeros o extraños». No me gusta esta traducción porque implica que DI-s castiga a estas personas no solo por su desobediencia, sino también por su etnia, algo que sabemos que el Di-s de Israel no haría.

Lo más interesante es que la sección concluye con la frase:

Torre de abundante salvación es su Rey, y hace misericordia con su ungido, con David y con su descendencia para siempre.” 2 Samuel 22:51

Este versículo tiene connotaciones mesiánicas. Primero, habla del Rey (Mesías) como una Torre de abundante salvación. Traduje esta frase como “abundante salvación” cuando en hebreo solo aparece la palabra salvación. ¿Por qué agregar la palabra “abundante”? Lo hacemos porque la palabra “salvación” está en plural (saludes (salvaciones) en la RV09) en hebreo. Segundo, aunque la mayoría de las traducciones escriben “Él es una torre de salvación para su Rey”, lo cierto es que la palabra “para” no aparece en el texto, ni tampoco la frase “Él es”. Por lo tanto, es correcto traducir la oración “Una torre de abundante salvación es su Rey” en lugar de” … para su Rey”. (RV1909 lee, El que engrandece las saludes de su rey).

Finalmente, cuando se menciona a David, es importante recordar que con frecuencia el nombre David se refiere al “Hijo de David”, como en el Mesías. Esto ocurre porque David es el autor de la canción, y sería extraño que se dirigiera a sí mismo por su nombre. La frase “y a su descendencia para siempre” es obviamente mesiánica, ya que el término “descendencia” se relaciona con el Pacto Abrahámico. En este contexto, se refiere a los hijos de Abraham, quienes son los destinatarios de la bondad eterna del Di-s viviente.

Este cántico contiene muchas promesas que consuelan al creyente en tiempos difíciles y le recuerdan que al final venceremos y estaremos alabando a HaShem y a su Ungido.

¡Shabbat Shalom! Parashá Vayelej

En la parashá de esta semana, Moisés se despide de los Hijos de Israel. No está triste por su muerte inminente, sino que anima al pueblo a seguir adelante con Josué, su nuevo líder. No sorprende que Moisés enfatice la palabra de Di-s e instruya a los Kohanim a leer la Torá completa ante el pueblo en Jerusalén cada siete años, durante el año de Shemitá (el año en que los campos permanecen en barbecho), cuando todo Israel sube a la Ciudad Santa para la Fiesta de las Cabañas o Tabernáculos.

Y Moisés les mandó, diciendo: Al cabo de siete años, durante el tiempo señalado del año Shemittah, en la fiesta de las Cabañas, cuando todo Israel venga a presentarse delante del SEÑ-R tu Di-s en el lugar que Él escoja, leerás la Torá delante de todo Israel a oídos de ellos.” Deuteronomio 31:10-11

De estos versículos uno aprende algunas verdades importantes que ayudarán a una persona a madurar espiritualmente. Primero, Moisés revela un momento apropiado para este mandato. Muy a menudo en las Escrituras HaShem está dispuesto a moverse y bendecir a Su pueblo, pero no en cualquier momento, sino en un momento específico. En el texto hebreo la palabra מועד (un tiempo señalado) aparece en el versículo 10. Es precisamente durante el año cuando no se puede realizar ningún trabajo agrícola que HaShem ordena que se lea toda la Torá al pueblo.

Segundo, Moisés revela un lugar específico para que ocurra esta lectura, a saber, Jerusalén, el lugar que HaShem eligió. El texto dice con respecto a Jerusalén que es allí donde el pueblo se presentaría ante Di-s. El punto que se está enfatizando es que hay una intimidad inferida con el Señor.

Finalmente, el texto es aún más detallado cuando dice no en cualquier momento durante el año de Shemittah, sino durante la fiesta de los Tabernáculos. ¿Por qué entonces? La respuesta es que la enseñanza principal de esta festividad es la dependencia de HaShem. Por lo tanto, quienes verdaderamente reconocen su dependencia de HaShem acogerán la palabra de Di-s para encontrar intimidad con Él y Su tiempo para su vida.

Con demasiada frecuencia deseamos que Di-s actúe según nuestro tiempo, que nos encuentre donde estemos y que responda a nuestras palabras. Estas actitudes son muy comunes entre los creyentes hoy en día y se enseñan con frecuencia, pero la verdad es que, a menos que respondamos a Di-s según sus parámetros, HaShem guardará silencio y se distanciará de nosotros en el Año Nuevo.

¡Shabbat Shalom! Parashá Nitzavim

En el parashá de esta semana, el lector se encuentra con un aspecto de Di-s que la mayoría de la gente suele ignorar. ¿Cuál es este aspecto? ¡Que el Único Di-s Verdadero y Viviente a veces se vengará!

“HaShem no lo perdonará, porque su ira y su celo se encenderán contra ese hombre, y pondrá sobre él todas las maldiciones de este libro, y borrará su nombre bajo los cielos.” Deuteronomio 29:9

Al leer el contexto de este versículo, uno aprende que la venganza de Di-s se derramará sobre todos los que no obedecen los mandamientos de la Torá, ¡perfectamente! Eso incluye a ti y a mí. Siempre me asombró que los hijos de Israel no clamaran a Di-s diciendo que nunca podríamos cumplir todos los mandamientos de la Torá y, por lo tanto, buscaran otra manera de encontrar su favor.

Una expresión popular entre una secta jasídica es “¡Queremos al Mesías ya!”. Esta breve frase expresa muchísimo. En el centro de la expresión se encuentra una súplica a Di-s para que haga lo que Israel jamás podrá hacer por sí solo: establecer el reino de Di-s. Porque esta es la obra del Mesías. Así como el hombre es incapaz de establecer el reino, también somos incapaces de vencer nuestra naturaleza pecaminosa y obedecer a HaShem con total sumisión. Por eso, Rav Shaul habló de la necesidad de convertirse en una nueva creación (2 Corintios 5:17). En este versículo se encuentra la expresión favorita de Rav Shaul: “en el Mesías”. Estas dos palabras reflejan una relación que se refiere a la muerte y la resurrección. Esta muerte es el resultado de la venganza de Di-s, y la resurrección es la nueva vida que se logra mediante la obra redentora del Mesías. Esta nueva vida es sinónimo de lo que Rav Shaul mencionaba con las palabras “una nueva creación”.

El punto es que yo, en mi condición actual, no tengo esperanza. Solo cuando renuncio a mi vida y abrazo por fe la vida del Mesías (su persona y obra), el poder mismo de la resurrección me transforma no solo en alguien diferente, sino en alguien nuevo. Este cambio y esta novedad también se ven en la lectura profética de Isaías de esta semana. Aquí el profeta habla del cambio tan poderoso que la Jerusalén que fue llamada “abandonada y desolada” será transformada por la redención y será llamada “deseada y gobernada” (ver Isaías 62:1-12). Observen lo que este cambio revela: que Di-s gobierna a quienes desea. Quien es gobernado por Di-s es bendecido. Es la posición más deseada en la que uno puede estar. Alguien que es una “nueva creación” ha sido creado de una manera única para ser un instrumento gobernado por Di-s. El problema es que con demasiada frecuencia deseamos los beneficios de ser bendecidos por Di-s, pero no queremos su señorío en nuestra vida diaria.

Es importante ver cómo Israel es el receptor de la redención y el amor de Di-s, mientras que Edom (véase Isaías capítulo 63), quien constantemente busca rebelarse contra los planes y propósitos de Di-s, recibe la venganza. La venganza no desaparece simplemente, sino que el Mesías puede ser el objeto de la venganza, y tú y yo podemos ser receptores de su amor redentor.