¡Shabbat Shalom! Parashá Sheminí

A continuación, encontrarán un breve comentario de Baruch interpretando la porción de la Torá de esta semana. Parashá Shemini, Levítico 9:1-11:47.

Parashá Sheminí

“Un principio básico para el crecimiento espiritual”

En la porción de la Torá de esta semana, uno aprende un principio muy básico para el crecimiento espiritual. No es que este principio sea tan profundo, pero muchas veces es ignorado. Antes de enunciar este principio, recordemos que una de las tareas primordiales del hombre es comportarse de una manera que manifieste la gloria de Di-s. Solo hay una manera de hacer esto, es a través de la obediencia. En la sección inicial del parashá de esta semana, Moisés le habla a Aarón sobre el trabajo de los Kohanim (sacerdotes). Moisés declara:

“Esto es lo que HaShem ha ordenado que hagáis (todos los Kohanim) y la gloria de HaShem se os aparecerá”. Levítico 9:6

Este versículo no solo revela que a través de la obediencia a lo que Di-s ordena se manifiesta la gloria de Di-s, sino que el versículo dice literalmente que la gloria se manifestará a quien cumpla lo que Di-s ordenó . En otras palabras, a través de la obediencia el creyente crecerá en su comprensión del SEÑ-R. ¿Por qué es esto? La respuesta es porque la gloria de Di-s está inherentemente relacionada con Sus atributos. Esto se enseña claramente en los capítulos 33 y 34 de Éxodo. En esta sección, Moisés suplica al SEÑ-R que le muestre Su gloria (Éxodo 33:18). En respuesta a esto, Di-s le permitió a Moisés ver Su espalda. Cuando esto ocurrió, Moisés estaba esculpiendo el segundo juego de tablas y cuando el SEÑ-R descendió en una nube y se paró allí con Moisés, HaShem proclamó Sus 13 atributos (Éxodo 34:5-7).

¡Shabbat Shalom! Parashá Tzav

Parashá Tzav

“Yeshúa (Jesús): Sacrificio Perfecto”

En la porción de la Torá de esta semana, Parashá Tzav [en la Biblia hebrea se encuentra en Levítico 6:1-8:36 (en otros idiomas, 6:8-8:36)], hay una palabra importante; la palabra es simplemente “esta”. Se usa con frecuencia en la Torá en relación con el aspecto fundamental de algo. Por ejemplo, en Levítico 6:13 (6:20 en español) se lee: “Esta es la ofrenda de Aarón y de sus hijos…”. En otras palabras, uno aprende el aspecto principal de los Kohanim (Sacerdotes) en este pasaje. En este mismo versículo, esta ofrenda se le llama perpetua. Esta es la misma palabra que se usa para el sacrificio diario del Templo. Uno supondría que este sacrificio tenía que ser ofrecido diariamente por cada sacerdote individual. La dificultad es que este sacrificio solo lo hacía una vez el sacerdote individual con el fin de inaugurar su servicio. Los Kohanim servían en forma rotativa dos veces al año y durante las festividades; por lo tanto, no podían ofrecer este sacrificio todos los días.

En realidad, era el Kohan JaGadol (Sumo Sacerdote) quien ofrecía este sacrificio todos los días en el Templo. Según la tradición, los Kohanim regulares necesitaban pensar en esta ofrenda dos veces al día, por la mañana y por la noche, cuando el Kohan JaGadol la estaba ofreciendo. Este pasaje se refiere al Kohan JaGadol de una manera más interesante. En el versículo 15 (22 en español) se le llama literalmente Kohan HaMashiaj (El Sacerdote, el Ungido).

El mensaje para nosotros hoy es que debemos recordar lo que el Mesías Yeshúa (Jesús) ha hecho por nosotros, ofreciéndose a Sí mismo por nosotros. Como aprendimos la semana pasada, este sacrificio es suficiente eternamente. Es muy significativo al describir el sacrificio que el Sumo Sacerdote hacía diariamente; se llama un sacrificio por el pecado. El lenguaje es más informativo, porque la Torá dice: “Esta es la Ley del sacrificio (expiatorio) por el pecado”.

Una vez más, el uso de la palabra “esta” es significativo, ya que enseña que el trabajo principal de los Kohanim es expiar el pecado; y asimismo esto es lo que Yeshúa (Jesús), nuestro Mesías ha hecho por nosotros.

¡Shabbat Shalom! Parashá Vayikrá

A continuación, hay un breve comentario de Baruch sobre la Porción de la Torá de esta semana: (Parashá Vayikrá – Levítico 1:1-5:26) – Nuestro Redentor

Parashá Vayikrá


Esta semana comenzamos el tercer libro del Pentateuco: Levítico. El tema principal es el trabajo que se realiza en el Tabernáculo o más tarde en el Templo. El aspecto principal de esto son las ofrendas y los sacrificios. La lectura profética comienza con una declaración de que Israel no se tomó suficientemente en serio su necesidad del sistema de sacrificios que HaShem proporcionó. De hecho, Di-s los regaña por cansarse de este trabajo. ¿Cuál fue la causa de esta actitud y comportamiento? Isaías dice que el pueblo se olvidó de que solo el Señ-r puede borrar los pecados de las personas,

“Yo, Yo soy Él (Quien) borro tus rebeliones por Mi causa y no Me acordaré de tus pecados”. Isaías 43:25

En esencia, este pasaje trata sobre el descontento de Di-s con el pueblo que toma a la ligera la gracia que Él pone a disposición de Su pueblo. Esta tendencia está todavía muy presente en la comunidad creyente. Oímos tanto acerca de esta gracia que produce el perdón de los pecados que a menudo la damos por sentado. El capítulo cuarenta y tres de Isaías termina informando al lector que tal comportamiento traerá el severo castigo del Señ-r. Aunque el Señ -r sí disciplina a Su pueblo, observe cómo inmediatamente después de prometer este juicio, se mueve para consolar al pueblo en los primeros versículos del capítulo 44 (ver Isaías 43:1-4). Sí, Di-s juzgará a Su pueblo y lo castigará severamente. Israel es el ejemplo de esto. Pero hay que recordar que la misericordia y el amor del Señ-r alcanzarán una vez más a su pueblo, ofreciéndole perdón y redención. Es muy significativo que en la siguiente sección de la haftará se habla de Di-s en los términos que Él es:

“Así dice el SEÑ-R, Rey de Israel, y Su Redentor, el SEÑ-R de los Ejércitos, Yo soy el Primero y Yo soy el Último, fuera de Mí no hay otros dioses.” Isaías 44:6

Este versículo plantea una pregunta interesante. Si el Señ-r es el Rey de Israel, entonces, ¿quién es Su Redentor? La respuesta es Mesías. Es muy significativo que este Redentor (Mesías) también sea llamado el SEÑ-R de los Ejércitos. Los rabinos son conscientes de este problema para ellos que habla de la unidad especial entre Di-s y el Mesías. Esta es una clara referencia a la divinidad del Mesías y al hecho de que el Mesías debe ser incluido en la Divinidad de Di-s el Padre, Di-s el Hijo y Di-s el Espíritu Santo.

En un esfuerzo por resolver esta dificultad, algunas traducciones al inglés (español en nuestro caso) del texto hebreo traducido por los rabinos, como la Edición de Piedra del T’nach (Antiguo Testamento), traducen la frase “Su Redentor” (en realidad, una sola palabra en hebreo) como “su Redentor” (letra minúscula). Este es un esfuerzo para decir que el Redentor mencionado en este versículo es el Redentor de Israel, es decir, otra referencia al Señ-r, en lugar de atribuir este versículo como una referencia al Mesías. Esto es incorrecto según la gramática hebrea, que exige que el versículo esté hablando de otro más además del Señ-r. Este hecho fue reconocido por Juan quien en el libro de Apocalipsis se refirió a Yeshúa tres veces como el Alfa y la Omega (el Primero y el Último).

¡Shabbat Shalom! Parashá Pekudei

A continuación, encontrarán un breve comentario de la lectura de la Torá de esta semana: Parashá Pekudei

Parashá Pekudei

“Haz correctamente lo que Di-s ordena”.

Este Shabbat terminamos el libro del Éxodo (Shabbat Jazak). La Escritura es Éxodo 38:21 – 40:38. También se registra en la lectura de la Torá de esta semana el hecho de que Moisés instaló el Tabernáculo. El Tabernáculo era una Tienda que contenía muchos de los vasos que se usaban para la adoración. Es importante recordar que Moisés recibió instrucciones de establecer esta nueva experiencia de adoración para los Hijos de Israel en el primer mes. El primer mes es el mes de Abib o Nisán (nombre babilónico) y fue el mismo mes en que los Hijos de Israel salieron de Egipto, es decir, la Pascua. La Pascua es conocida como la Fiesta de la Redención; por lo tanto, se ordenó a Moisés que estableciera el Tabernáculo en Nissan para mostrar la relación inherente entre la redención y la adoración. Esta relación revela que, sin experimentar la redención, uno no puede adorar a Di-s.

Se lee que cuando se terminó todo el trabajo del Tabernáculo, trajeron todos los utensilios y materiales a Moisés, para que inspeccionara todo antes de montarlo (Éxodo 39:32-41). Moisés inspeccionó minuciosamente todas las vasijas y se registra lo siguiente:

“Y Moisés vio toda la obra, y he aquí que lo hicieron tal como el SEÑ-R lo mandó, así lo hicieron, y Moisés los bendijo”. Éxodo 39:43

Este versículo enseña que solo cuando uno hace correctamente lo que el SEÑ-R ordena, habrá una bendición. El problema es que hoy en día tendemos a centrarnos en las cosas generales que se declaran en la Biblia, en lugar de prestar mucha atención a todos los detalles más pequeños que también se incluyen en las Escrituras. Existe una fuerte tendencia a que las personas supongan que las cosas más pequeñas no son importantes y pueden ignorarse. Pero el Mesías Yeshúa enseñó que aquellos que no son fieles en las cosas más pequeñas, en realidad también serán infieles en las cosas más grandes (ver Lucas 16:10).

Es muy significativo que en Éxodo 39:43 el texto dice que “Moisés vio todo el trabajo…”. La palabra todo está ahí para enfatizar que Moisés prestó mucha atención a todos los aspectos del trabajo y no solo le dio un rápido “repaso”. Es importante recordar el principio bíblico de que la medida que uses te será medida de regreso. Es decir, si uno no es cuidadoso con cada aspecto de la Palabra de Di-s, entonces no espere que HaShem sea cuidadoso y trabaje en cada aspecto de la vida de esta persona.

¡Shabbat Shalom! Parashá Vayak’hel

Parashá Vayak’hel

“¡Prepárense Para Servir!”

En la porción de la Torá de esta semana (Parashá Vayak’hel, Éxodo 35:1-38:20), se aprende sobre la construcción del Tabernáculo. Aunque todos fueron invitados a participar de alguna manera en la construcción del Tabernáculo, se lee en la Parashá:

“Y vinieron todos los sabios, los que hicieron todo el trabajo Santo, cada uno de su trabajo que estaban haciendo”. Éxodo 36:4

En una primera lectura, este versículo me hace sentir como si me hubieran dejado fuera de la construcción actual. Claro, podría haber hecho una donación, pero el hecho de que solo a los “sabios” se les permitiera participar en la construcción práctica, me dejaría fuera. Aunque así es como puede leerse el texto en español, es necesario entender el significado de la palabra hebrea “sabio”. A menudo, esta palabra no se relaciona simplemente con la inteligencia, sino con el conocimiento que se requiere para lograr algo. Por lo tanto, el texto no dice que solo las personas más inteligentes tienen un papel en la construcción del Tabernáculo; más bien cada uno participaba en las tareas que sabía hacer.

En otras palabras, la decisión de qué persona haría qué tarea no se basaba simplemente en quién quería hacer qué trabajo; sino más bien, quién estaba mejor equipado para realizar las tareas individuales que debían realizarse. Cuando el servicio se decide con base en el deseo de un individuo, en lugar de la idoneidad de cierta persona para una tarea dada, surgirán problemas.

El servicio al Señ-r debe estar enraizado en un llamado y un equipamiento. A veces el equipamiento viene por medios sobrenaturales, es decir, el Espíritu Santo; pero otras veces el equipamiento viene por la preparación durante un período de tiempo. Consideremos a David, por ejemplo. Estaba equipado para derrotar a Goliat, no a través de años de entrenamiento como soldado, sino al pastorear las ovejas de su familia. Fue a través de la lucha contra el león y el oso que David aprendió las habilidades necesarias para traer la victoria a los Hijos de Israel. David sabía que estaba llamado a la tarea de liberar a Israel y se sometió a ella, no para recibir honor, alimentando su orgullo, sino para servir al Di-s Vivo.

El relato de la porción de la Torá de esta semana es un excelente ejemplo de personas que se dan cuenta de a quién pueden servir y se someten a esa tarea, porque saben que pueden llevar a cabo la tarea, no motivados por algún deseo personal de logro.