
Esta semana Baruch no publicó un estudio del Parashá pero compartió el estudio que publicamos el 19 de septiembre sobre las Fiestas de Otoño.
Si no la han visto, lo pueden encontrar en este enlace: Apriete el título aquí abajo.
Esta semana Baruch no publicó un estudio del Parashá pero compartió el estudio que publicamos el 19 de septiembre sobre las Fiestas de Otoño.
Si no la han visto, lo pueden encontrar en este enlace: Apriete el título aquí abajo.
Parashá: Ha’Azinu (¡Escucha!)
Lectura de la Torá: Deuteronomio 32:1-52
Lectura profética: 2 Samuel 22:1-51
Parashá Ha’Azinu
“La fidelidad de HaShem para defender a Su pueblo”
Al igual que la lectura de la Torá, la Haftará contiene un cántico. En este cántico, escrito por el rey David, se recuerda la fidelidad de HaShem para defender a Su pueblo. En esta sección, David alaba a HaShem no solo ante sus hermanos, sino también ante las naciones.
“Por tanto, yo te alabaré entre las naciones, oh Jehová, y cantaré a tu nombre.”
2 Samuel 22:50
Es importante prestar mucha atención a la palabra que casi todas las traducciones traducen como “entre”. Esta palabra se podría traducir mejor como “con”. La palabra “entre” puede transmitir la idea de “antes” o “delante de”. El contexto del versículo se presta mejor a traducirlo con la palabra “con”, lo que significa que David no solo alaba a Di-s como testimonio a las naciones, sino que, en realidad, las guía en la adoración.
Algunos eruditos señalan que, según el contexto, los enemigos son las naciones sobre las que HaShem ha dado la victoria. Esto parece muy razonable; sin embargo, la frase que aparece en los versículos 45 y 46, que se refiere a los enemigos de David, es diferente de la que aparece en el versículo 50. La mayoría de los traductores (no la Reina-Valera, naciones en RV60 y gentes en RV09) traducen esta frase como «extranjeros o extraños». No me gusta esta traducción porque implica que DI-s castiga a estas personas no solo por su desobediencia, sino también por su etnia, algo que sabemos que el Di-s de Israel no haría.
Lo más interesante es que la sección concluye con la frase:
“Torre de abundante salvación es su Rey, y hace misericordia con su ungido, con David y con su descendencia para siempre.” 2 Samuel 22:51
Este versículo tiene connotaciones mesiánicas. Primero, habla del Rey (Mesías) como una Torre de abundante salvación. Traduje esta frase como “abundante salvación” cuando en hebreo solo aparece la palabra salvación. ¿Por qué agregar la palabra “abundante”? Lo hacemos porque la palabra “salvación” está en plural (saludes (salvaciones) en la RV09) en hebreo. Segundo, aunque la mayoría de las traducciones escriben “Él es una torre de salvación para su Rey”, lo cierto es que la palabra “para” no aparece en el texto, ni tampoco la frase “Él es”. Por lo tanto, es correcto traducir la oración “Una torre de abundante salvación es su Rey” en lugar de” … para su Rey”. (RV1909 lee, El que engrandece las saludes de su rey).
Finalmente, cuando se menciona a David, es importante recordar que con frecuencia el nombre David se refiere al “Hijo de David”, como en el Mesías. Esto ocurre porque David es el autor de la canción, y sería extraño que se dirigiera a sí mismo por su nombre. La frase “y a su descendencia para siempre” es obviamente mesiánica, ya que el término “descendencia” se relaciona con el Pacto Abrahámico. En este contexto, se refiere a los hijos de Abraham, quienes son los destinatarios de la bondad eterna del Di-s viviente.
Este cántico contiene muchas promesas que consuelan al creyente en tiempos difíciles y le recuerdan que al final venceremos y estaremos alabando a HaShem y a su Ungido.
Parashá: Vayelej (Y se fue)
Lectura de la Torá: Deuteronomio 31:1-30
Lectura profética: Oseas 14:2-10, Joel 2:11-27, Miqueas 7:18-20
Parashá Vayelej
“Responde a Di-s según Sus parámetros”
En la parashá de esta semana, Moisés se despide de los Hijos de Israel. No está triste por su muerte inminente, sino que anima al pueblo a seguir adelante con Josué, su nuevo líder. No sorprende que Moisés enfatice la palabra de Di-s e instruya a los Kohanim a leer la Torá completa ante el pueblo en Jerusalén cada siete años, durante el año de Shemitá (el año en que los campos permanecen en barbecho), cuando todo Israel sube a la Ciudad Santa para la Fiesta de las Cabañas o Tabernáculos.
“Y Moisés les mandó, diciendo: Al cabo de siete años, durante el tiempo señalado del año Shemittah, en la fiesta de las Cabañas, cuando todo Israel venga a presentarse delante del SEÑ-R tu Di-s en el lugar que Él escoja, leerás la Torá delante de todo Israel a oídos de ellos.” Deuteronomio 31:10-11
De estos versículos uno aprende algunas verdades importantes que ayudarán a una persona a madurar espiritualmente. Primero, Moisés revela un momento apropiado para este mandato. Muy a menudo en las Escrituras HaShem está dispuesto a moverse y bendecir a Su pueblo, pero no en cualquier momento, sino en un momento específico. En el texto hebreo la palabra מועד (un tiempo señalado) aparece en el versículo 10. Es precisamente durante el año cuando no se puede realizar ningún trabajo agrícola que HaShem ordena que se lea toda la Torá al pueblo.
Segundo, Moisés revela un lugar específico para que ocurra esta lectura, a saber, Jerusalén, el lugar que HaShem eligió. El texto dice con respecto a Jerusalén que es allí donde el pueblo se presentaría ante Di-s. El punto que se está enfatizando es que hay una intimidad inferida con el Señor.
Finalmente, el texto es aún más detallado cuando dice no en cualquier momento durante el año de Shemittah, sino durante la fiesta de los Tabernáculos. ¿Por qué entonces? La respuesta es que la enseñanza principal de esta festividad es la dependencia de HaShem. Por lo tanto, quienes verdaderamente reconocen su dependencia de HaShem acogerán la palabra de Di-s para encontrar intimidad con Él y Su tiempo para su vida.
Con demasiada frecuencia deseamos que Di-s actúe según nuestro tiempo, que nos encuentre donde estemos y que responda a nuestras palabras. Estas actitudes son muy comunes entre los creyentes hoy en día y se enseñan con frecuencia, pero la verdad es que, a menos que respondamos a Di-s según sus parámetros, HaShem guardará silencio y se distanciará de nosotros en el Año Nuevo.
Parashá: Nitzavim (De pie)
Lectura de la Torá: Deuteronomio 29:9-30:20
Lectura profética: Isaías 61:10-63:9
Parashá Nitzavim
“Sométanse a la autoridad del Mesías”
En el parashá de esta semana, el lector se encuentra con un aspecto de Di-s que la mayoría de la gente suele ignorar. ¿Cuál es este aspecto? ¡Que el Único Di-s Verdadero y Viviente a veces se vengará!
“HaShem no lo perdonará, porque su ira y su celo se encenderán contra ese hombre, y pondrá sobre él todas las maldiciones de este libro, y borrará su nombre bajo los cielos.” Deuteronomio 29:9
Al leer el contexto de este versículo, uno aprende que la venganza de Di-s se derramará sobre todos los que no obedecen los mandamientos de la Torá, ¡perfectamente! Eso incluye a ti y a mí. Siempre me asombró que los hijos de Israel no clamaran a Di-s diciendo que nunca podríamos cumplir todos los mandamientos de la Torá y, por lo tanto, buscaran otra manera de encontrar su favor.
Una expresión popular entre una secta jasídica es “¡Queremos al Mesías ya!”. Esta breve frase expresa muchísimo. En el centro de la expresión se encuentra una súplica a Di-s para que haga lo que Israel jamás podrá hacer por sí solo: establecer el reino de Di-s. Porque esta es la obra del Mesías. Así como el hombre es incapaz de establecer el reino, también somos incapaces de vencer nuestra naturaleza pecaminosa y obedecer a HaShem con total sumisión. Por eso, Rav Shaul habló de la necesidad de convertirse en una nueva creación (2 Corintios 5:17). En este versículo se encuentra la expresión favorita de Rav Shaul: “en el Mesías”. Estas dos palabras reflejan una relación que se refiere a la muerte y la resurrección. Esta muerte es el resultado de la venganza de Di-s, y la resurrección es la nueva vida que se logra mediante la obra redentora del Mesías. Esta nueva vida es sinónimo de lo que Rav Shaul mencionaba con las palabras “una nueva creación”.
El punto es que yo, en mi condición actual, no tengo esperanza. Solo cuando renuncio a mi vida y abrazo por fe la vida del Mesías (su persona y obra), el poder mismo de la resurrección me transforma no solo en alguien diferente, sino en alguien nuevo. Este cambio y esta novedad también se ven en la lectura profética de Isaías de esta semana. Aquí el profeta habla del cambio tan poderoso que la Jerusalén que fue llamada “abandonada y desolada” será transformada por la redención y será llamada “deseada y gobernada” (ver Isaías 62:1-12). Observen lo que este cambio revela: que Di-s gobierna a quienes desea. Quien es gobernado por Di-s es bendecido. Es la posición más deseada en la que uno puede estar. Alguien que es una “nueva creación” ha sido creado de una manera única para ser un instrumento gobernado por Di-s. El problema es que con demasiada frecuencia deseamos los beneficios de ser bendecidos por Di-s, pero no queremos su señorío en nuestra vida diaria.
Es importante ver cómo Israel es el receptor de la redención y el amor de Di-s, mientras que Edom (véase Isaías capítulo 63), quien constantemente busca rebelarse contra los planes y propósitos de Di-s, recibe la venganza. La venganza no desaparece simplemente, sino que el Mesías puede ser el objeto de la venganza, y tú y yo podemos ser receptores de su amor redentor.
Parashá: Ki Tavo (Cuando vengas)
Lectura de la Torá: Deuteronomio 26:1-29:8
Lectura profética: Isaías 60:1-22
Parashá Ki Tavo
“Obedece a Di-s y recibirás bendición”
En la parashá de esta semana, Moisés predice la entrada de Israel a la Tierra Prometida y un importante ritual que los hijos de Israel realizarán. Este ritual implicaba que las 12 tribus se situaran en dos montes: el monte Gerizim y el monte Eval. El monte Gerizim se asocia con la bendición, mientras que el monte Eval se conecta con la maldición. Lo interesante es por qué a Shimón, Leví, Yehuda, Isacar, Yosef y Binyamín se les ordena que se sitúen en el monte Gerizim; mientras que a Rubén, Gad, Aser, Zabulón, Dan y Naftalí se les ordena que se sitúen en el monte Eval.
Las primeras seis tribus mencionadas en este pasaje provienen de Lea o Raquel. Estas dos mujeres formaban parte de la familia de Abraham. Abraham está asociado con la Bendición. Todas las demás tribus, Excepto Rueven, provenían de Bilha o de Zilpa. Estas dos eran sirvientas y, por lo tanto, estaban asociadas con la maldición. ¿Por qué? La respuesta es porque el pecado y la maldición van de la mano. ¿Dónde se encuentra la idea del pecado en el texto? Hay que recordar que el primogénito de Jacob fue Rueven. No figuró junto con los otros hermanos que descendían de las matriarcas Lea y Raquel. ¿Por qué se omitió a Rueven? La respuesta se encuentra en el libro de Génesis.
“Y aconteció que mientras Israel (Jacob) moraba en aquella tierra, Rueven fue y durmió con Bilha la concubina de su padre. E Israel oyó.” Génesis 35:22
Este acto pecaminoso trajo una maldición sobre Rubén, pues perdió su derecho como primogénito y fue dado a los hijos de José (ver 1 Crónicas 5:1).
Un principio importante que debemos aprender sobre todo esto es que la obediencia justa a la palabra de Di-s, que se encuentra en la fe (fe abrahámica), es lo que colocará a una persona en un lugar donde Di-s la bendecirá. Quienes están relacionados con el pecado y la esclavitud que lo acompaña experimentarán la maldición.
Ahora que se comprende esta verdad bíblica, cada persona debe elegir qué herencia abrazará: la fe del pacto de Abraham o la esclavitud de las dos siervas. Antes de la obra redentora de Yeshúa, era imposible elegir la bendición, pero ahora, como se lee en la lectura profética de esta semana (Haftará),
“Levántate y resplandece, porque ha llegado tu luz (Mesías), y la gloria de HaShem te ha resplandecido.” Isaías 60:1
Todo lo que uno necesita hacer para encontrar bendición es prestar atención a las palabras de Juan que dijo: “… andad en la luz …” (Ver 1 Juan 1:7).