Estudio Bíblico de Hebreos No. 14

Nuestra próxima porción es una porción muy corta: Hebreos 5:12-14

v12: Debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo: Basado en el tiempo que han sido creyentes, este grupo debería estar enseñando a otros. El problema es que este grupo no ha madurado.

  • Tenéis necesidad de volver a ser enseñados cuales sean los primeros rudimentos de las palabras de Di-s: El escritor les dice que necesitan que se les enseñe lo básico nuevamente. Esto podría ser porque:

1. Son tan inmaduros que no entendieron lo que creían, por lo que necesitan que se les vuelva a enseñar. No se han dado cuenta de que la fe está destinada a producir obediencia en sus vidas. El mensaje del Evangelio produce no solo salvación, sino también santificación. Santificación es un proceso por el que pasa un creyente, por el cual se vuelve santo, santo en acción y en hechos.

2. No han entendido el marco de la revelación de Di-s para entender la persona y la obra del Mesías. Si Él no está ministrando en ya través de nosotros, hay un problema, y esto impedirá nuestro crecimiento, espiritualmente hablando.

3. Dijeron las palabras (articularon la oración) pero realmente no creyeron.

* Los primeros rudimentos de las palabras de Di-s: Volver a los fundamentos de la fe.

* Leche: Las enseñanzas sobre cómo ser salvo.

* Alimento (manjar – 09) sólido: Enseñanzas sobre cómo deben comportarse los creyentes.

v13: Cuando comenzamos a actuar con rectitud esto produce madurez en nuestras vidas. Actuar con rectitud significa que estamos actuando en obediencia a la Palabra (mandamientos) de Di-s. Los mandamientos (de los cuales incluso el Nuevo Testamento está lleno) nos dicen la forma correcta de actuar, vivir y nos muestran qué comportamiento debemos evitar. No somos salvos por nuestra obediencia, pero la obediencia es un resultado o un fruto de la fe (Mateo 3:8). Los mandamientos expresan justicia.

v14: Alimento (manjar) sólido: Esta es una referencia a las enseñanzas de los Apóstoles – de las cuales la profecía era muy estimada. Cuando hablaron de orden en las congregaciones, hablaron primero de profetas. Cuando pensamos en la madurez debemos pensar en la profecía. La profecía nos lleva de vuelta a la justicia de Di-s. La profecía nos enseña a vivir, a la luz de lo que viene. Los creyentes maduros valoran la profecía. El mensaje fundamental de cómo ser salvo necesita ser proclamado ampliamente, PERO, habiendo sido salvos, necesitamos hablar de cosas que nos lleven a la madurez.

  • Madurez (perfectos – 09): Completa.Los que son maduros. Nuestra condición está destinada a cambiar. Cualquiera en el Mesías se convierte en una nueva creación (un Reino) (2 Corintios 5:17).
  • Tienen los sentidos ejercitados: Nuestros sentidos captan información del mundo que nos rodea. Es necesario entrenar nuestros sentidos para que en diferentes situaciones tomemos las decisiones correctas, haciendo las cosas que glorifican a Di-s.
  • Discernimiento: La capacidad de hacer juicios correctos.
  • Bien y mal: Correcto e incorrecto.

Cuando aceptamos el ministerio de nuestro gran Sumo Sacerdote, estamos seguros de nuestra salvación, pero hay más en nuestra fe que esto. Hay una realidad actual para los creyentes: que podamos vivir con rectitud y demostrar madurez. Como creyentes maduros necesitamos:

1. Justicia declarativa: la justicia del Mesías imputada a nosotros, seguridad de salvación.

2. Justicia expresiva: mediante la cual vivimos y nos comportamos con rectitud en este mundo.

Una vida justa significa que demostramos las leyes del Reino. Para vivir a la luz de la verdad del Reino necesitamos discernimiento. Necesitamos ser individuos que entrenemos nuestros sentidos para poder mirar algo y discernir si está bien o mal, aquellas cosas que están de acuerdo con la voluntad de Di-s y aquellas cosas que están en conflicto con ella. Esto se produce a través del trabajo continuo de madurez, a través del Espíritu Santo, el mismo Espíritu del Mesías. El Espíritu Santo nos equipa para toda buena obra.

Como creyentes, estamos llamados a ser trabajadores del Reino. Cuando no estamos respondiendo, no entendemos nuestro llamado o demostramos la Palabra justa del Mesías en nuestras vidas, no vamos a madurar. Necesitamos saber las expectativas de Di-s para nuestras vidas… lo que un creyente está llamado a hacer. Estamos llamados a pasar de la inmadurez a la madurez. En hechos, acciones, palabras, comportamientos debemos demostrar el Reino, del cual somos embajadores, para que las personas puedan ver el poder del Rey de reyes y del Señ-r de señores en nuestras vidas. Esto debería producir un deseo en la vida de los demás de querer también vivir con rectitud y por el avance del Reino de Di-s.

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