¡Shabbat Shalom! – Jayé Sará

La lectura de la Torá de esta semana (Parashá) se llama Jayé Sará (La vida de Sarah). El pasaje leído es Génesis 23:1-25:18. Aquí hay un breve comentario de Baruch:

Parashá Jayé Sará

¿Cómo es tu vida de oración? La mayoría de la gente batalla con esta área de su vida. Por lo general, el problema es que una persona no dedica suficiente tiempo a la oración. En la porción de la Torá de esta semana nos encontramos con un hombre que, aunque no era un fuerte creyente en D-os, aprendió el valor de la oración. Tal vez sea mejor decir la necesidad de la oración. Este hombre era Eliezer, un sirviente de confianza de Avraham. Eliezer recibió la asignación de ir a la tierra de Aram Naharaim y la ciudad de Nahor con el fin de encontrar una esposa para Isaac y traerla de vuelta para que se casara con él. Esta sería una tarea muy difícil.

Fue debido a la dificultad que uno ve en el texto que este hombre, que carecía de una fe profunda y perdurable en D-os, comenzó a orar. ¿Qué se puede discernir de ese relato de nuestra parashá? Uno aprende que al aceptar obedecer a D-os que la asignación es demasiado difícil de hacer por medio de la propia fuerza de uno. Se verá obligado a confiar en HaShem. Incluso una lectura rápida de esta sección de las Escrituras (véase Génesis 24) muestra cuántas veces Eliezer sintió la necesidad de orar y pedir a HaShem que participara en esta obra.

Esta es la razón por la que HaShem llama a uno al servicio; para que se dé cuenta de su ineptitud y se vuelva a D-os y aprenda de primera mano acerca de la fidelidad de HaShem. En otras palabras, no es debido a alguna necesidad que D-os tiene (como HaShem es perfecto y no carece de nada) que llama a uno al servicio; sino más bien para que una persona pueda acercarse más cerca al D-os Viviente y crecer en la intimidad con Él. Es importante ver que al principio de este pasaje Eliezer habló de D-os en los términos: “el D-os de mi maestro Avraham”, pero al final de esta historia Eliezer habló de HaShem personalmente.

En otras palabras, no es suficiente que uno sepa que hay un D-os o incluso todo acerca de lo que este D-os ha hecho y cómo es El. Uno necesita conocer a este D-os personalmente, que significa tener una experiencia personal con Él. Tal conocimiento de D-os sólo puede comenzar por medio de la redención. La redención es cuando la barrera del pecado es eliminada por un sacrificio de sangre. La Pascua (Pésaj) se llama la fiesta de la redención en el judaísmo. Aunque hubo numerosos sacrificios de sangre, fue el cordero de la Pascua el que estableció la redención para los hijos de Israel. Este éxodo de Egipto es una tipología de lo que será la redención perfecta. Es por eso que el Cordero de D-os, Mesías Yeshúa, dio Su vida en el día catorce de Nisán, para que pudiera ser nuestro sacrificio de Pascua y establecer una redención eterna.

De la misma manera que Eliezer nunca habría encontrado a HaShem a menos que diera el primer paso en obediencia; hoy en día uno nunca puede experimentar el poder de la redención a menos que una persona tome ese primer paso de aplicar la palabra de D-os a la vida. ¡A saber, el mensaje del Evangelio del Mesías Yeshúa!

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