Estudio Bíblico de Romanos No. 22

Pasamos a Romanos 7:1-6

¿Qué papel juega la Ley de Moisés en nuestras vidas? Muchos creyentes dirán que debido a que somos creyentes del Nuevo Testamento, la Ley se eliminó y ya no tiene ninguna relevancia para nosotros hoy. ¿Es esto exacto? ¿Estaría el apóstol Pablo de acuerdo con tal declaración? En este capítulo Pablo habla mucho acerca de la Ley de Moisés.

Lo que ya hemos establecido en capítulos anteriores es que la salvación, la gracia de Di-s, es un regalo gratuito y no se puede ganar. Yeshúa hizo el trabajo y pagó el precio de nuestra salvación. No hay NADA que podamos hacer para ganar la salvación – nadie es justificado por las obras de la Ley. La Ley no es un instrumento para la salvación. La salvación no es el resultado de las obras; es el resultado de la fe en la obra del Mesías y lo que Él hizo por nosotros en la cruz: no nuestras obras, sino Su obra. A través de la fe en lo que Yeshúa ha hecho por nosotros es la única forma en que encontraremos el perdón de nuestros pecados.

v1: Ignoráis: Esta palabra, cuando se traduce literalmente, significa ‘contra el saber’. No es que la gente sea ignorante, pero muchos están en contra de conocer la verdad de lo que verdaderamente dice la Palabra de Di-s.

  • Hermanos: Un término inclusivo para hombres y mujeres creyentes, hermanos y hermanas.
  • Hablo con los que saben la Ley (1909): Muchos de los creyentes que estaban en esta congregación de Roma eran creyentes judíos. Por lo tanto, sabían lo que decía la Ley. Debido a que sabían lo que decía la Ley, la suposición de Pablo era que entenderían lo que les estaba escribiendo.
  • Se enseñorea: Gobierna sobre. Señorea sobre o es la autoridad de.

Nota: Todos nosotros somos concebidos en pecado. Todos tenemos un problema en que estamos manchados con el pecado original. Cuando aplicamos la Ley o la Verdad de Di-s a nuestras vidas (Sus expectativas o normas) nos quedamos cortos y se muestra que somos pecadores injustos. Abandonados a nosotros mismos, sin la ayuda de Di-s, vamos a experimentar condenación o juicio.

La frase ‘Ya no estás bajo la Ley’ no debe interpretarse como que la Ley ya no tiene relevancia para nosotros. Significa que ya no vamos a ser condenados por la Ley. También significa que la Ley ya no tiene autoridad sobre nosotros. Tenemos un nuevo Maestro: nuestro Señ-r y Salvador Mesías Yeshúa.

v2: La mujer que está sujeta a su marido (1909): Una mujer casada. Una mujer casada es esposa debido a un pacto.El matrimonio es un pacto (Malaquias 2:14). En el Antiguo Pacto, Di-s habló de Israel como Su novia o esposa (Isaias 54:5-8, Jeremias 2:2). En el Nuevo Pacto, el Mesías habla de los creyentes, la Iglesia, como Su novia (Efesios 5:22-33; Apocalipsis 21:9). Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, este es el marco que se nos da para ayudarnos a comprender esta relación, este pacto, que tenemos con Di-s a través del Mesías.

  • Está obligada a la ley (1909): Legalmente ella está en este pacto de matrimonio.Ella está obligada a este pacto desde el momento en que se hace este pacto.
  • Mas muerto el marido (1909): La muerte del hombre es la única condición que puede romper este pacto. Su muerte trae consigo una condición diferente para ella: cambia su estado.

Nota: En los capítulos anteriores de Romanos, la ‘muerte’ ha sido el enfoque central (bautismo, etc.). Necesitamos leer este capítulo a la luz de este contexto: la muerte produce un cambio, pero la resurrección produce un cambio mejor (Romanos 6:3-11).

  • Libre es de la ley del marido (1909):Estar libre (y esta libertad es condicional, solo es relevante si su esposo muere) de esta ley solo es aplicable a esta mujer. Aunque hay un final para la ley del matrimonio para esta pareja, la ley del matrimonio, en un sentido general, no se ve afectada: las leyes del matrimonio siguen siendo relevantes, todavía están en este mundo, hoy. El hecho de que un hombre muera no significa que el matrimonio pierda todo significado o se anule para todos. La muerte del Mesías no significa que la Ley pierda significado y quede anulada y sin efecto para todos. La Ley sigue siendo muy relevante hoy en día.

v3:Es libre de esa ley: Cuando está casada, se le aplica la ley que rige la institución del matrimonio. Cuando su esposo muere, su muerte no cancela la institución del matrimonio, pero, mientras ella esté soltera, no está obligada a esta. Sin embargo, tan pronto como se vuelve a casar, esa ley vuelve a ser aplicable a ella.

  • No será adúltera: La muerte de su marido la libera del juicio. Si él ha muerto, ella puede convertirse en esposa de otro hombre sin temor a que la llamen adúltera. Pablo estaba escribiendo a los que conocían la Ley (Romanos 7:1), para que percibieran o entendieran correctamente el ejemplo que Pablo les estaba enseñando aquí, a saber, que cuando hemos muerto al pecado (nuestro primer maestro), ya no estamos más bajo el juicio de la Ley. El castigo por adulterio era la muerte. El castigo por el pecado es la muerte.

v4: Hermanos: Hermanos y hermanas.Creyentes.

  • Vosotros, hermanos míos, estáis muertos a la ley por el cuerpo del Mesías (1909): Ya no somos susceptibles al juicio de la Ley (es decir, muerte eterna). Cuando el Mesías murió en la cruz, nosotros (como creyentes, por fe) morimos con Él. A través del Nuevo Pacto (del cual el bautismo es un símbolo) estamos unidos con el Mesías en Su muerte (Romanos 6:3). Como tal, a través del Mesías, ya hemos sido castigados, ya que Él pagó la pena por nuestro pecado, siendo la pena la muerte. Mesías pagó, pero fue acreditado a nuestra cuenta. Ya no somos candidatos al juicio eterno de Di-s: la muerte ha cambiado nuestro estado y nos ha liberado para unirnos a otro Maestro.
  • Para que seáis de otro: Nuestro antiguo señor o amo era el pecado. Habiendo muerto a eso, ya no somos suyos. El nuevo Señ-r de nuestra vida es el Mesías Yeshúa (Aquel que ha resucitado de entre los muertos), y obtenemos todos los beneficios de estar en este Nuevo Pacto.
  • Resucitó de los muertos: De nuevo, escrito en pasivo. Di-s el Padre resucitó a Yeshúa de entre los muertos. La resurrección revela el poder de Di-s. Cuando somos resucitados con el Mesías (Romanos 6:5) el Espíritu Santo, con poder, mora dentro del creyente para siempre. Él nos capacita, con Su poder, para producir fruto para Di-s.
  • Levemos fruto para Di-s: ¿Cómo sabemos lo que Di-s considera buen fruto? Sabemos esto a través de la institución de la Ley. Sabemos que la Ley no nos salva, pero (como un manual de matrimonio) nos instruye sobre lo que está bien y lo que está mal, lo que es bueno y lo que es malo. La Ley nos da un marco sobre cómo producir buenos frutos, frutos legítimos.

v5: Las pasiones pecaminosas que eran por la ley: Cuando estábamos en la carne (en nuestra condición anterior: antes de morir a nuestro primer amo – el pecado) la Ley despertó en nosotros nuestros deseos pecaminosos y naturalezas rebeldes.

  • Nuestros miembros: Nuestros cuerpos, nuestras partes.
  • Fruto para muerte: No es buen fruto.

v6: Pero ahora: Ha habido un cambio…un cambio producido por la fe, es decir, el recibir la gracia de Di-s.

  • Estamos libres de la ley: Liberada en lo que respecta al juicio o castigo de la Ley: la esposa ya no sería considerada adúltera, castigada con la muerte, si se casa con otro una vez que muere su primer marido. No somos liberados de la institución del matrimonio. De la misma manera, tampoco somos liberados de la institución de la Ley.
  • Muerto para aquella en que estábamos sujetos: El castigo de la Ley ya no nos atrapa. El pecado nos proporcionó un “matrimonio” sin amor. Nos atrapó dentro de sus lazos.
  • Novedad de Espíritu (1909): A través del Mesías entramos en una nueva relación de pacto ((Pacto del Reino) con Di-s. Este nuevo pacto trae consigo un nuevo futuro para nosotros, un Reino futuro o realidad. Estamos llamados a vivir de acuerdo con la verdad de este Reino: el de la justicia.
  • No en vejez de letra (1909): En la vejez de la letra la Ley decía: “No matarás” (Exodo 20:13). En la novedad del Espíritu esta Ley todavía existe, pero Yeshúa aumentó la apuesta sobre ella… (Mateo 5:21-26). Desde la perspectiva de Yeshúa, no era solo alguien que asesinara físicamente a otra persona que era culpable de transgredir este mandamiento. Yeshúa declaró que si un hombre incluso tenía odio en su corazón hacia otro entonces era considerado culpable de transgredir este mismo mandamiento. No son solo las acciones de un hombre las que lo hacen culpable ante Di-s, sino incluso sus pensamientos. Este mismo concepto se puede aplicar a todos los mandamientos: el acto de adulterio, los pensamientos de lujuria, etc. Los pensamientos de un hombre muestran su intención. El ‘espíritu de la Ley’ o el ‘justo requisito de la Ley’ se refiere a la intención de la Ley. Como creyentes, esto es lo que estamos llamados a cumplir: el justo propósito de la Ley (Romanos 8:4).
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