Porción de la Torá: Ki Tisá (Porque tomarás un censo)
Lectura de la Torá: Exodo 30:11-34:35
Lectura Profética: 1 Reyes 18:1-39
Parasha Ki Tisá
“¿Cómo te relacionas con las cosas que haces en el nombre de Yeshúa?”
Recuerdo ir a un circo cuando era muy joven y ver una gran jaula llena de leones. Los leones se veían tan malvados y rugían y caminaban de un lado a otro. Ciertamente estaba contento de estar fuera de la jaula. Imagínense lo sorprendido que estaba cuando de repente vi a un hombre entrar en la jaula. Tenía un látigo y una silla. Este hombre hizo que los leones hicieran todo tipo de trucos, pero no parecían estar divirtiéndose. Los leones rugían constantemente y pateaban hacia el hombre. Le pregunté a mi padre por qué los leones no atacaban al hombre y me respondió que el látigo los asustaba. Entonces pregunté, ¿qué pasaría si el hombre entrara en la jaula sin el látigo y la silla? Mi padre respondió que el hombre sería la cena de los leones. Temo que a veces tendemos a ser como los leones, solo sirviendo a Di-s hasta que hay una oportunidad de abalanzarnos sobre el pecado.
En la porción de la Torá de esta semana, los Hijos de Israel están en el Monte Sinaí esperando que Moisés baje de la montaña. En el momento en que le parece al pueblo que Moisés llega tarde y tal vez algo le ha sucedido, el texto dice:
“Y el pueblo vio cuando Moisés se demoró en bajar de la montaña, el pueblo se reunió alrededor de Aarón y le dijeron: ‘Levántate y haznos dioses …” Exodo 32:1
Poco después la gente comenzó a pecar. El punto es este: una vez que Moisés parecía estar fuera de escena, el pueblo se apresuró a cometer pecado (Ver Exodo 32:6). La pregunta que uno debe hacerse es esta: “¿Somos diferentes de lo que eran los hijos de Israel en ese día”? Cada creyente necesita examinarse a sí mismo y preguntarse por qué hacemos las cosas que hacemos en el nombre de Yeshúa. Si es porque sentimos que tenemos que actuar de cierta manera, en lugar de abrazar estas cosas con alegría porque queremos hacerlas, me temo que nos estamos relacionando con Yeshúa como los leones se relacionaron con su domador.
Una vez Yeshua dijo a Sus discípulos que Él no los llamaba siervos, sino amigos (Ver Juan 15:15). ¿Por qué fue esto? Porque una vez que un siervo entiende el negocio de Su amo y se compromete con la tarea, la relación entre ellos se altera. El amo y el esclavo están ambos comprometidos con la misma cosa y ya no existe la necesidad de que el amo lo esclavice para obligarlo a hacer la tarea. Ahora el esclavo quiere hacerlo y este compromiso mutuo los une en una amistad. Esto es lo que Yeshúa desea de cada creyente.
Este Shabat pregúntate cómo te relacionas con las cosas que haces en el Nombre de Yeshúa; como obligaciones o como algo que querrías hacer por un querido amigo.